jueves, 11 de septiembre de 2014

Don Juan Tenorio y el amor, ¿símil o antítesis?

José Zorrilla publicó Don Juan Tenorio en 1844, siendo una de las primeras materializaciones del mito del Don Juan.
Tras el regreso de Don Juan a Sevilla después de haber matado a Don Gonzalo y Don Luis cinco años atrás,  este encuentra un cementerio donde antes estaba la casa del Comendador. Alli ve las tumbas de todas sus víctimas, incluyendo las de Don Gonzalo y Don Luis, representados ambos por dos estatuas. Mientras tanto, al contemplar las figuras, descubrió una tumba inesperada: la de Doña Inés, mujer de la que estaba enamorado, muerta de pena al comprender que su amor era imposible.



Durante una cena celebrada con Centellas y Avellaneda, aparecen los espíritus de Don Luis y el Comendador, este último con la intención de conducir el alma de Don Juan al infierno... Sin embargo, la aparición del espíritu de Doña Inés, intercediendo por él, hace que ambos se salven y suban al cielo, rodeados de ángeles, y acompañados de coros celestiales.

La naturaleza de Don Juan no era otra que la del canalla, hombre que aprovecha y manipula los sentimientos de los demás para conseguir lo que quiere, viéndose esto en las múltiples amantes que decía tener, y en el modo en el que las conquistaba:
<< Uno para enamorarlas,
otro para conseguirlas,
otro para enamorarlas,
dos para sustituirlas,
y una hora para olvidarlas.>>

Sin embargo, y aunque sus intenciones inicialmente eran las de "conquistar, conseguir y olvidar", cayó enamorado de Doña Inés, con la que inicialmente estaba comprometido, y cuyo padre anuló dicho compromiso.
Puede decirse que Doña Inés representa la inocencia, la bondad, y el deseo de un amor puro, que no deja que el corazón se interponga a la razón, y que Don Juan representaría el deseo, y la maldad, como similitud al "hijo de Satanás". De este modo, se observa al final de la obra esa purificación que ejerce Doña Inés sobre Don Juan, haciendo que este tenga fe, y limpiando su alma.

La muerte de Don Juan, y su ascenso al cielo de la mano de Doña Inés simboliza el deseo de la muerte, y la erradicación de la soberbia y las malas intenciones en la sociedad, frente a la purificación del alma y la fe incondicional, atendiendo a los cánones sociales y espirituales de la época.

De este modo, el amor en la figura de Don Juan Tenorio es perceptible, puesto que es lo que le conduce a actuar finalmente según las normas que dictaba la sociedad, es decir, dejando purificar su alma a favor del amor que sientieron él y Doña Inés mutuamente.

Las características que comparte esta obra con los esquemas de drama romántico son múltiples:
En primer lugar, muchas de las escenas se llevan a cabo en lugares sombríos, y casi siempre de noche.
El amor imposible es el eje de la historia, y la oposición de los protagonistas es notable; Don Juan como héroe solitario que no quiere integrarse en la sociedad, y cuyos actos no son nobles, y Doña Inés, joven que cumple todos los requisitos y cánones tanto físicos como espirituales que marcaba la época.
Y, por último, la idea del amor imposible, con la muerte final de los protagonistas, marcando la desdicha en el final de la obra.
Sin embargo, en cuanto a este último punto, se hace notar la falta de ese final trágico, puesto que la obra acaba con el ascenso al cielo y la salvación de los enamorados.


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